DR. ABRAHAM NOSNIK OSTROWIAK: Cuenta con un doctorado en Comunicación Social por la Universidad de Stanford (Stanford, California, E.E.U.U) y una Licenciatura en Comunicación por la Universidad Iberoamericana. Recibió de la Universidad Anáhuac México la Medalla al Mérito Académico. Sus principales temas de investigación son: Procesos estratégicos de organización y Desarrollo Nacional, con énfasis en Comunicación organizacional y Liderazgo y Organizaciones. Docente e investigador desde hace más de cuarenta años.
Para Abraham Nosnik, el estudiar comunicación fue el resultado de una serie de experiencias específicas a lo largo de los años; entre ellas, el cubrir una nota, según cuenta, acerca del asalto a la mujer que atendía la cafetería de su preparatoria. El impacto que causó lo que, hasta ese momento, era una nota dentro del periódico escolar, logró hacerlo despertar. Encontró en esa anécdota el detonante de la consciencia de su vocación: La Comunicación.
Comprender verdaderamente lo que significa ser comunicador dentro del contexto actual, requiere un análisis completo del papel del mismo en diversos ámbitos. En palabras de Nosnik, para hablar de un rol o papel del profesional de la comunicación, concretamente dentro de las organizaciones, es posible tomar dos lentes de análisis: desde una perspectiva técnica, el comunicador ordena la información y le da coherencia, en el sentido de que acompañe a la productividad que se desea lograr dentro de la organización. Por otro lado, desde una perspectiva estética, considerando aspectos como la imaginación o de carácter literario al contar historias a los públicos de las organizaciones, la prensa o los medios en general, las hoy llamadas “narrativas” que emplea el comunicador, resultan seductoras y generan el efecto deseado dentro de las organizaciones. Estos elementos refuerzan la motivación y la productividad en todas las industrias y sectores.
En torno a la importancia de la imaginación en la vida del comunicador y la vida de las organizaciones, Nosnik nos invita a una reflexión más general, planteando que, de acuerdo a Karl Raimund Popper e Imre Lakatos, la imaginación es el lugar en el que nacen las ideas, siendo el papel de la ciencia el estudiarlas con la mayor honestidad intelectual y, a raíz de esto, concluir si son de utilidad o resultan benéficas para la sociedad, considerando también, que la imaginación es el combustible de toda actividad científica, el detonador del conocimiento. En la imaginación está la clave del progreso y la evolución.
Nosnik menciona, en relación a esto, que el mayor obstáculo en el proceso de innovación (generado a base de la imaginación, condiciones de libertad y apoyo en recursos, en el caso de las organizaciones) es uno mismo, ya que, generalmente, cuando nos acometemos un reto creativo, nosotros mismos lo boicoteamos pensando que no es posible lograr el objetivo innovador. Nosnik continúa diciendo que el ser humano posee una enorme capacidad creativa, pero al traducirla a modelos o prácticas productivas, las deficiencias en disciplina y convicción son notables. En el caso de la cultura mexicana, dice Nosnik, es posible observar este fenómeno: tenemos personas creativas, pero, como sociedad, no nos preocupamos por crear modelos productivos para generar riquezas aprovechando esa creatividad.
Continuando con el caso de México, Nosnik propone que, para potenciar al país a partir de su talento creativo, es necesario poner a prueba las ideas y experimentar con ellas, obtener lecciones de los resultados y experiencias obtenidas, buscar convertir el proceso creativo y de innovación en uno de aprendizaje. Reconoce que es necesario unir a los distintos sectores (público, privado y social), además de fomentar un proceso integrador transversal de investigación, desarrollo e innovación. Para hablar de una potenciación en el desarrollo del país, Nosnik plantea que es necesario reconocer y considerar dos aspectos: la baja autoestima nacional (el hecho de que no nos percibimos como protagonistas ni exitosos) y el individualismo egoísta en cuestiones cívicas y de desarrollo social. Para Nosnik, nuestra poca colaboración entre nosotros, como mexicanos, ha resultado en un estancamiento o en un avance muy tímido en temas científicos, tecnológicos y de innovación.
Dentro de esta reflexión, el papel del comunicador podría verse entre neblinas, pero para Nosnik no podría estar más claro, el profesional de la comunicación contribuye a la ingeniería social con soluciones. En un contexto aplicado a las organizaciones, Nosnik menciona que Serafina Llano sitúa el papel del comunicador como el destrabar las tuberías de las organizaciones para que fluya la información correcta y oportuna, con ella, la construcción colectiva de los proyectos productivos.
Un factor que contribuye a la labor y utilidad del profesional de la comunicación, menciona Nosnik, es que el comunicador suele ser más abierto y creativo que otros especialistas y profesionales, por ende, destaca en procesos que demandan creatividad. Sin embargo, también comenta que el comunicador no suele ser muy disciplinado y avanzar en ello convendrá en términos de la credibilidad de su profesión en todos los ámbitos de la sociedad.
Al hablar de la labor de un profesional de la comunicación, es necesario volver al origen del mismo, las instituciones educativas dedicadas a este estudio, dice Nosnik, deben alinearse a estas temáticas y guiar a sus estudiantes evaluando de manera permanente y minuciosa las competencias del comunicador, conocer en qué nos desempeñamos mejor y en qué somos deficientes. Además de este análisis y reflexión, Nosnik propone la incorporación de la evaluación a las actividades de planeación y desarrollo curricular, de actualización docente, de investigación e incluso de publicaciones científicas y de difusión.
Hablando del estado actual de la enseñanza de la comunicación en México, Nosnik comenta que una de las principales debilidades es la falta de vinculación entre las diversas ramas que componen al campo. Los esfuerzos son aislados y desarticulados, hecho que supone que la comunicación al interior de nuestro creciente campo es aún tímida y fragmentaria. Para Nosnik, la innovación educativa en comunicación debe ser orientada hacia el equilibrio, a la búsqueda de planteamientos más abiertos y cooperativos dentro y fuera de las especialidades propias de su estudio y de otros campos de conocimiento y profesionales.
コメント