Una ventana de historias eternas
Comenzar a hablar del Centro Histórico de la ciudad implica hacer una reflexión acerca de lo que lo define como tal. Las calles, monumentos e historias entrelazadas en redes de relatos y memorias, son mucho más que un lugar, representan el proceso continuo de evolución por el que pasa la sociedad potosina de la mano de la ciudad en la que reside, siendo esta entendida casi como un ente vivo.
Un proceso clave en la construcción del concepto de “Centro Histórico” es la preservación. El preservar la memoria histórica del estado, en palabras de la Dra. María Isabel Monroy Castillo quien es cronista de la ciudad de San Luis Potosí e investigadora del Colegio de San Luis, requiere, primeramente, conocer esta historia como conocemos nuestros apellidos; esta comparación encuentra sentido al momento de pensar a la historia del lugar en que se nació o se vive como parte esencial de la identidad propia.
La preservación y conocimiento de la historia (el pasado) del estado, permite a los que lo habitan comprender su presente. El contexto en el que se desenvuelven actualmente, es producto directo de lo sucedido en el pasado, siendo así como ambos tiempos representan un factor de influencia en el otro, permitiendo la interpretación y comprensión de la realidad actual.
La Dra. Monroy Castillo utiliza el ejemplo de la posición geográfica estratégica que ocupa San Luis Potosí, estando al centro del territorio nacional y conectando con nueve estados, además de ser un punto relativamente cercano a la frontera norte, consecuencia de la Guerra México/Estados Unidos (1946 – 1948) y la cesión de parte del territorio nacional dentro del Tratado de Guadalupe Hidalgo.
San Luis Potosí obtuvo la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad en 2010 también gracias a su ubicación geográfica, formando parte del Camino Real Tierra Adentro a la par de 60 sitios, incluidos otros 5 centros históricos, anteriormente declarados Patrimonio de la Humanidad.
La conservación de la historia del estado, de manera más obvia, se ve reflejada en su arquitectura y sus espacios. Al hablar de “espacio” fuera de la ubicación geográfica actual del estado, es prudente remitirnos a la fundación legal del pueblo de San Luis Potosí (3 de noviembre, 1592). Las construcciones comenzaron casi a la par de la fundación en el siglo XVI, sin embargo, estas no fueron conservadas y la arquitectura más antigua con la que se cuenta a la fecha pertenece al siglo XVII.
Esta conservación en el ámbito arquitectónico es más visible en las edificaciones de carácter religioso, ya que las de carácter civil han sido sometidas a constantes remodelaciones; tal es el caso del rastro de edificaciones civiles más antiguo con el que se cuenta actualmente, conocido como “la casa de las bóvedas” (Simón Bolívar 500, Centro Histórico) que, ahora, funciona como bar/centro nocturno. La transformación de este espacio se contrapone a la pérdida de muchos otros que, al igual que “Bóvedas”, databan del siglo XVII.
La arquitectura más presente en la ciudad es la barroca, principalmente en los templos parroquiales (la fachada de la Parroquia de San Luis, actualmente Catedral, el templo de San Francisco, el templo de San Agustín, la Capilla de Loreto y el templo del Carmen). Esta arquitectura del periodo barroco se conserva, principalmente en su expresión de edificaciones eclesiásticas, contando con fachadas de cantera talladas artísticamente.
Una gran parte de los edificios más emblemáticos de la zona centro han sido objeto de cientos de remodelaciones, ampliaciones y transformaciones con el pasar de los años. Los sucesos que tienen lugar dentro de las paredes de estos edificios obligan al concreto, el ladrillo y la cantera a moldearse según sea necesario.
Un recuerdo cambiante
Es posible enunciar que la evolución del centro histórico y su arquitectura, según el Dr. Jesús Villar Rubio, Director general de Patrimonio Cultural del Gobierno del Estado de San Luis Potosí, son un reflejo directo de la sociedad potosina; inicialmente fundado como un pueblo minero, con 19 manzanas, una plaza mayor y diversos pueblos de indios (actualmente conocidos como los 7 barrios), San Luis Potosí fue experimentando cambios, consecuencia también, de las principales actividades económicas (como fueron la minería y el comercio); la situación económica del estado fue clave para la arquitectura. A partir de la llegada del ferrocarril, los cambios económicos y culturales fueron más notorios, trajeron consigo el avance y, por ende, el cambio.
El siglo XX ha sido el antecedente más reciente a lo conocido como “actual” en el contexto histórico del estado. De acuerdo con el Dr. Villar Rubio, el desarrollo industrial impulsó el crecimiento de San Luis Potosí, hallando así parte de su reflejo en la arquitectura y el urbanismo actual.
La arquitectura se ha visto sacudida por los contextos, las necesidades y deseos del pueblo por el que existe y se ha amoldado a él; las modificaciones de los edificios y espacios del Centro Histórico de San Luis Potosí a lo largo de los años, le han dado una imagen peculiar no sólo a la zona, sino que han dotado de cierto encanto a la ciudad.
La Dra. Monroy Castillo, menciona que este encanto se relaciona con la calidad de único que tiene el Centro Histórico de San Luis Potosí, no existe otro Centro en México que se le parezca. Este cuenta con características propias, una de las más notorias es el trabajo de cantería, que se manifiesta aún en la arquitectura actual y en una gran parte de las restauraciones.
Un tesoro para conservar
Aunada a la conservación, resulta imperativo nombrar a la restauración y los riesgos que esta puede representar para el monumento o espacio objeto de la misma. Para el Dr. Villar Rubio, es posible calcular los riesgos a los que se expone el espacio u objeto antes de comenzar con la restauración, pensando desde el inicio en la actividad que se realizará con él una vez se haya terminado. El proyecto de restauración debe estar enfocado desde un inicio al fin y uso que tendrá el monumento posteriormente, generando actividades que no representen un riesgo de deterioro del objeto u espacio.
El Dr. Villar Rubio, considera que la conservación, de la mano con la restauración del Centro Histórico ha sido una preocupación notoria para los gobiernos locales de los últimos años. Esta “conservación” mejora la imagen urbana de la ciudad, haciendo de las remodelaciones y modificaciones un eje central de la restauración, y, por ende, conservación de los espacios correspondientes al Centro Histórico.
La invitación a conocer esta zona y sus orígenes, sus callejones y sus historias, resulta de suma importancia cuando se tiene en mente que, como menciona la Dra. Monroy Castillo, “… mientras más se conozca, más se aprecia y mejor se puede conservar…”
El Centro Histórico de la ciudad de San Luis Potosí abarca una zona mucho mayor a la que erróneamente se considera “centro”; es común pensar que las plazas son el foco principal de atención y, por ende, son el centro histórico, sin embargo, de acuerdo con la Dra. Monroy, toda el área que comprende este Centro Histórico está repleta de historia y anécdotas igual de interesantes que las que se han repetido en los autobuses de recorridos turísticos por décadas.
En una proyección a futuro, el porvenir del Centro Histórico reside en la rehabilitación de los espacios para la reapropiación de los mismos por parte del pueblo que habita y usa dichos espacios. La clave se encuentra en la resignificación del Centro Histórico para las nuevas generaciones, dándole así una vida nueva.
Uno de los puntos de análisis más importantes al poner bajo la lupa a la ciudad, es el cómo la han vivido sus habitantes. Todo cambio y suceso se da por, para y a través de los individuos que conforman a la sociedad que habita un lugar, en el caso de San Luis Potosí, los potosinos construyeron y construirán una ciudad y un Centro Histórico a la medida de tiempo y necesidad.
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