A dos kilómetros del centro de la población de Xilitla, en la localidad conocida como “La Conchita”, en un paraje montañoso de bosque tropical con una superficie de 89,800 metros cuadrados, se encuentra un jardín único. Al llegar uno no se imagina con lo que se va a encontrar. Los conjuntos son insólitos, cada uno con una carga simbólica. El Jardín Escultórico creado por Edward James (1907-1894) es un lugar espectacular, tanto por la exuberante vegetación de selva tropical como por la composición de las obras escultóricas integradas a la naturaleza.
Se trata de un conjunto en el que el medio natural y la creación humana conforman un paisaje cultural excepcional. Este lugar mágico fue declarado Monumento Artístico en noviembre de 2011 como “Conjunto Escultórico de Xilitla”, declaración que fue publicada en el DOF el 30 de noviembre de 2012 en base al acuerdo 658.
Tomar la carretera que encamina a Xilitla es toda una experiencia. Este camino con gran cantidad de curvas recorre toda la sierra, permitiendo admirar el paisaje. De repente, se empiezan a ver casas dispersas, en algunas ocasiones cubiertas por la niebla. Antes de llegar al poblado, una bifurcación advierte la entrada a un camino rústico entre árboles que nos lleva a la entrada de Las Pozas. Se trata de una cortina de concreto que reproduce las formas de los carrizos de bambú que nos recibe y divide la parte baja donde se construyó una vivienda que ya no forma parte del jardín. Si uno mira hacia arriba, entre los árboles, se descubre una construcción arbórea de varios pisos, con fustes de columna abombados y estriados que dejan ver uno de los conjuntos monumentales más importantes. Debajo de ella se encuentra la entrada.
Haciendo un poco de historia, a mediados de los años cuarenta del siglo pasado, Edward James llegó a Xilitla, acompañado de Plutarco Gastelum Esquer. Al ver la exuberante vegetación, las orquídeas de esta zona y la abundancia de caídas de agua, quedó maravillado. Edward compró este paraje montañoso de bosque en el que cultivó las orquídeas que tanto le maravillaron. Al poco tiempo, una helada las quemó y fue entonces cuando decidió construir una serie de estructuras de concreto armado integradas al paisaje natural. Su diseño fue influenciado por la tendencia artística surrealista, caracterizada por la creación de elementos artísticos fantásticos donde se destaca la fabricación artesanal de las cimbras de madera con formas fitoformes y el uso del concreto armado aparente en los acabados.
Estas estructuras, construidas entre 1967 y 1984, forman parte de un concepto integral arquitectura-escultura sembradas en la selva. En un principio, parte de las construcciones se realizaron para casas o jaulas de animales que necesitaban cuidado y atención, con el fin de protegerlos y que no se vendieran a los turistas. Destaca en ellas el manejo de la escala, la forma y la proporción, así como la utilización de colores de manera libre que permite hacer de este conjunto un espacio sensorial que materializa las ilusiones y fantasías de Edward James.
La vegetación se ha apropiado de ellas y, junto con la humedad, la tierra, el musgo y los helechos, se han ido fusionando con ellas en uno solo objeto. El mismo Edward James llamó a estos conjuntos: “arquitectura integrada a la naturaleza”. Otros la han llamado arquitectura fantástica, pues se cree que su materia prima son los sueños; los sueños materializados de James.
Todo el jardín se encuentra en la sierra, repartido en terrazas imperceptibles desde abajo. Dentro de la propiedad baja una cascada natural en varias pozas, cruzando algunas estructuras de concreto, de manera que el agua se vaya conduciendo hasta el canal a la salida del recinto, delimitando así el jardín. La escultura conocida como El Homenaje a Marx Ernst, debido a su construcción con columnas hinchadas y coronadas con botones en forma de flor, actúa como una jaula alrededor de la propiedad.
El jardín cuenta con diecisiete conjuntos constituidos cada uno por distintas estructuras. Tres de ellas quedan fuera de la zona visitable del jardín por ser, en la actualidad, parte de otra propiedad pero que pueden visitarse a través de otra entrada. En total suman más de treinta y seis estructuras realizadas con moldes de madera, minuciosamente elaborados por los artesanos del pueblo con maderas locales. No hay un conjunto completamente terminado y, en algunos, todavía se asoman las varillas para la continuación de siguientes etapas.
Aquí se encuentran La Plaza de San Eduardo, El Aviario dedicado a Max Ernst, La Terraza de los Tigres, El Palacio de Verano, El Cinematógrafo, Escalera de Caracol y Terraza de Orquídeas, por nombrar algunos. Los nombres de los conjuntos y estructuras que integran el jardín de Las Pozas fueron dados la mayoría de las veces por el propio Edward James y, en algunos casos, por los habitantes de la región.
Xilitla se ha enriquecido en estos últimos tiempos con el Museo Leonora Carrington, con sede en este mismo lugar. James fue mecenas y amigo de esta artista que también era británica. Se entendieron muy bien al ser ambos surrealistas, de ahí el nombre de “Xilitla: el destino surrealista”.
Bibliografía
Hooks Margaret, (2005), Edward Jame y las Pozas. Un sueño surrealista en la selva mexicana, México, Turner.
LLAMAZARES ZÚÑIGA, Alfonso T., (2001), “XILITLAN-TAZIOL, LUGAR DE COZOLES”. compilación histórica y anecdótica 1487-1987, Editorial Universitaria Potosina 2ª edición, México.
Villar Rubio Jesús Coord., (2020) Naturaleza y Surrealismo Museo leonora Carrington Xilitla, San Luis Potosí, Secretaría de Cultura de San Luis Potosí.
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