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  • Raquel Espinosa

LA ICONOGRAFÍA DE EVGEN BAVCAR


Lokavec, un pequeño pueblo esloveno cerca de Trieste, ubicado en un valle al pie de una elevación que los locales llaman “la montaña de los ángeles” (Mayer, 1999), es un pueblo con un triste pasado, que se vio convertido en una fosa común del periodo inmediato posterior a la segunda Guerra Mundial, pero también es la región litoral de Eslovenia, llena de paisajes hermosos, donde, en 1946, la luna feliz vio el nacimiento del fotógrafo y filósofo ciego Evgen Bavcar.


En 2013, gracias a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, se llevó a cabo un chat virtual entre la dualidad del día y la noche, entre la luz y la oscuridad, entre la distancia y la proximidad que el remoto sistema de comunicación permite.


Una voz feliz me saluda a través de los altavoces de mi computadora. Mi corazón latiente está emocionado al encontrarse virtualmente frente al filósofo e iconógrafo ciego más importante de la fotografía conceptual, Evgen Bavcar. A través del sonido de su voz, Bavcar recuerda el registro mental de su pobre memoria visual y, además de muchos otros íconos, conceptualiza la imagen mental personal de la luna de su infancia. En un momento de conexión espiritual entre el alma de un infante y la divinidad de la luna coqueta que penetra su corazón, se crea la unión mística que, en su adultez, Bavcar atrapa, congela y detiene en el tiempo, capturándola en una fotografía. “La iconografía es una mirada provocativa dentro de las emociones” (Bavcar, 2013), que se ven reflejadas en los documentos fotográficos que Bavcar experimenta como “el contacto del alma con la divinidad”. (Ídem)


A los 10 años de edad, perdió la vista de un ojo al estrellarse con una rama de árbol mientras corría. Meses después, jugando con un martillo y un curioso objeto de metal, que resultó ser una mina abandonada durante la Segunda Guerra Mundial, perdió su segundo ojo. Sus ojos físicos cerrados le permitieron aprender a reflexionar y observar imágenes del exterior con los ojos de su espíritu abiertos. En otras palabras, no ve físicamente, con los ojos externos, pero puede ver con los ojos internos dentro de sí mismo.


GALERÍAS INTERIORES DE REALIDAD EMOCIONAL


Las imágenes fotográficas de Bavcar muestran la presencia de objetos, cuerpos y espacios ausentes, como espectros del otro. La imagen fotográfica es entonces la resonancia del vacío, recuerdos confusos, épocas parcialmente cubiertas y sombras de eventos que aparecen y desaparecen.


El tiempo, la mujer y las golondrinas son símbolos persistentes en el trabajo icónico que escapa de la lente conceptual de Bavcar. En el ícono titulado “Shot against time”, se refleja el deseo de permear el alma del observador y detener el tiempo. “¿Qué tiempo quiero detener? El de mi infancia, de una imagen fantástica, de una memoria fantástica. Soy un romántico que quiere detener el tiempo” (Bavcar, 2013). En ese tiempo místico y no existente, Bavcar responde la pregunta: ¿Cree en Dios?


¡Pero que pregunta!; Le digo a Dios: “Si existes, puedes hablar conmigo un momento”, y no me dice nada. “Si existes, debes darme una señal”, y nada pasa. “Si existes, debes hacer un sonido”, y no hace nada. Entonces digo… “Dios, si existes, no me digas nada”, espero cinco minutos y luego digo “Gracias”.


BIBLIOGRAFÍA

Bavcar, E. (2013). Comunicación personal vía Skype, 25 de julio de 2013.

Mayer, B. (1999). “Evgen Bavcar: El deseo de imagen”, en Luna Cornea, núm. 17, enero-abril de 1999.


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