En su inicio, las universidades en México se encontraban fuertemente ligadas a la religión. La primera universidad del País es la Real y Pontificia Universidad de México inaugurada en 1553 siendo del tipo de Universidad católica, es decir, que pertenece a la iglesia. En la actualidad aún se presentan un largo número de universidades católicas en el país.
La Universidad Autónoma de San Luis Potosí, en sus inicios, tal y como se puede leer en su página oficial, hizo el primer intento de una universidad similar en la ciudad de San Luis Potosí, en el año de 1623, siendo creada por jesuitas y nombrada como el Colegio de Jesuitas. Esta institución duró hasta el año de 1767, cuando el Rey Carlos III ordenó la expulsión de todos los jesuitas que se encontraban bajo su dominio.
En 1826 se crea la segunda universidad de la ciudad con el nombre de Colegio Guadalupano Josefino, y cierra en 1855 tras donar todos los bienes al obispado potosino. Cuatro años después, en 1859, se crea el Instituto Científico y Literario, con la intención de impartir educación superior sin la necesidad de la religión.
Se considera que la primera universidad autónoma del país y de América Latina es la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, fundada en el año de 1917. La Universidad Michoacana fue creada con los principios de ser una universidad autónoma, laica y pública. La Universidad Autónoma de San Luis Potosí se convierte en autónoma en 1923 con los mismos preceptos: laica, pública y autónoma.
La autonomía surge como una reacción y forma de protesta a las imposiciones que había tenido la corona española a lo largo de la historia, evitando así, que se reprodujeran esos comportamientos. Justo Sierra definió a la autonomía como “la capacidad para gobernarse de la nueva institución, aun cuando recibiese subsidio del gobierno”.
El 3 de febrero de 1881, Justo Sierra, el pionero de la autonomía en México, presentó una iniciativa en la Cámara de Diputados: “Una Universidad es un centro en donde se propaga la ciencia, en que se va a crear ciencia; ahora bien, señores diputados, la ciencia es laica, la ciencia no tiene más fin que estudiar fenómenos y llegar a esos fenómenos últimos que se llaman leyes superiores. Si la ciencia es laica, si las universidades se van a consagrar a la adquisición de las verdades científicas, deben ser, por la fuerza misma del término, instituciones laicas”.
Después de una investigación y platicar con algunos compañeros, cuyos nombres no revelaremos para evitar represalias por parte de la Universidad, me comentaron que, en repetidas ocasiones, algunos profesores utilizaron sus creencias para compartir información falsa sobre la ciencia e intentar (según palabras de mis compañeros) convertirnos en creyentes religiosos.
“En alguna ocasión, un profesor nos comenzó a leer un artículo de pseudociencia y “avalado por la comunidad científica” que evidentemente se refería a la comunidad científica de la iglesia a la que él pertenece. En esos artículos científicos hablaba sobre porqué el uso de los métodos anticonceptivos no otorgaba ningún beneficio y que en su lugar no evitaba ninguna enfermedad de transmisión sexual e incluso aseguraba que la mayoría de las personas que ya son sexualmente activas ya tenían eran poseedores de una enfermedad de transmisión sexual sin presentar ningún tipo de síntoma”.
“En otro momento. Tuvimos una clase en la que estuvo conversando durante toda la hora sobre todo lo malo que había hecho la iglesia católica a lo largo de la historia y decir abiertamente que la iglesia católica era la equivocada por todas las injusticias en su pasado”
“Una semana después se atrevió a dedicar otra clase a desmitificar todos los descubrimientos de ciencia como el homínido Lucy y decir que se descubrió científicamente que en realidad era una niña enferma. También en esa misma clase mencionó que la mítica frase de René Descartes <pienso luego existo> era en realidad una forma para poder justificar la existencia de dios y explicar otra vez porque la ciencia religiosa decía que la teoría del creacionismo era la correcta”
Entiendo que algunos profesores tienen que utilizar a los factores religiosos para explicar circunstancias importantes de los diversos cambios de mentalidad que han surgido a lo largo de la historia-
Pero decir abiertamente lo que he mencionado con anterioridad es darle en lo más bajo a lo que quería y buscaba Justo Sierra. También el no permitirnos dudar de todo lo que nos rodea es no dar un paso al desarrollo de la ciencia como lo que es el principal valor de la ciencia. Interrogarnos e investigar.
Kommentare