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  • Foto del escritorJaime González Rueda

MENTE Y CRIMEN. DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA. Criminología, salud mental y justicia ciega.

La criminología es la ciencia encargada del estudio empírico del delito, el delincuente, la víctima y el control social. Explica el origen del criminal y el daño que causan. Y propone maneras en la que se puede reaccionar al delito, su prevención y los medios para evitar su comisión.


Esta disciplina responde a las preguntas: ¿Por qué se comete un delito? Y ¿Cuáles son las razones que llevan a un individuo a la comisión de un ilícito penal? Por lo tanto, se enfoca en las causas de la delincuencia.


Para comprender la relación que existe entre la criminología y la salud mental se entrevistó a Eva Serrano Bayona, licenciada en Criminología por la Universidad de Barcelona y Máster en Ejecución penal en la comunidad y justicia restaurativa de la Universidad de Barcelona. Trabaja desde hace más de 5 años dentro del Departamento de Justicia como delegada judicial; lleva a cabo la perfilación, control y seguimiento de las personas que cumplen la medida penal de trabajos en beneficio a la comunidad.


Ella menciona que “La criminología y las enfermedades mentales se relacionan a través de la criminología clínica: la ciencia que se encarga del diagnóstico y tratamiento de las conductas antisociales. Esta criminología intenta dar una explicación exhaustiva a cada caso, considera al ser humano como un ser biológico, psicológico, social e individual. Esta área sigue el diagnóstico y tratamiento de los problemas interiores y conductuales, como los trastornos mentales, antisociales, problemáticas de consumo de tóxicos, problemas familiares, etc. Estudia los factores que llevaron al sujeto a cometer una conducta antisocial. No estudia la generalidad, sino cada caso particular”.


La sociedad debe informarse acerca de aquello que la criminología descubre en relación con la salud mental, ya que se suele tener la falsa idea de que todos los criminales presentan un trastorno o enfermedad mental que los motivó a cometer el delito, y esto solo crea prejuicios alrededor de estos temas que ya de por sí suelen ser discriminados.


“Hay diversos estudios que relacionan ciertos trastornos mentales con más predisposición a la comisión de un delito, los más relevantes serían los trastornos de personalidad tipo B, recogidos en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) y, dentro de los trastornos de personalidad, los más ligados al comportamiento delictivo son:

  • Trastorno antisocial de la personalidad (TAP): dentro estaría la psicopatía.

  • Trastorno límite de la personalidad (TLP)

  • Trastorno narcisista de la personalidad (TNP)

  • Trastorno histriónico de la personalidad (THP)”.


En el cine y en la cultura popular se suele confundir a la criminología con la psiquiatría forense y con la criminalística. Aunque los tres trabajen de la mano cada uno tiene su área de especialización y una importancia al momento de dictar si un delincuente tiene o no un problema mental.


Por un lado, “la psiquiatría forense tiene dentro de sus retos la disposición de evaluar a aquellas personas que, de manera pre o post delictiva, presenten signos o síntomas que puedan ser susceptibles de una enfermedad psiquiátrica. En este ámbito, lo más importante es precisar si en el momento de la comisión del delito el autor tiene o no las capacidades de discernimiento y puede dirigir su conducta entre otras, luego la administración de justicia tiene la obligación de dictar sentencia dependiendo de los resultados del peritaje psiquiátrico”.


La criminalística, por otro lado, “es la ciencia aplicada que estudia científicamente los indicios y evidencias, esto con el objeto de convertirlos en pruebas que puedan ser presentadas en un procedimiento judicial para permitir la identificación de las víctimas y los delincuentes, además de esclarecer las circunstancias de un presunto delito. Entra en funcionamiento después de la comisión de un delito. Se encarga de la investigación criminal de estudiar los indicios y evidencias hallados en la escena del crimen, en el cuerpo de la víctima y en otros posibles escenarios. La criminalística analiza un delito concreto cometido en un momento determinado”.


Muchas veces, las películas, series y hasta los medios de comunicación, se tiene a mostrar solamente los crímenes de sangre, los cuales, a comparación de otros delitos, suelen ser muy bajos en varios países. “Los/las Criminólogos/as no somos CSI”.


El criminólogo tiene la responsabilidad de indagar en el pasado del criminal, ya que “la criminología es una ciencia multidisciplinar (psicología, psiquiatría, derecho, sociología, etc.), y la comisión de un delito es multifactorial (causas biológicas, psicológicas, socioeconómicas, socio familiares, culturales, etc.)”. El estudio se debe realizar de manera individualizada, pues cada persona y caso es distinto. “Actualmente, sigue habiendo mucho desconocimiento y estigmatización en lo que se refiere a la salud mental, la mayoría pueden seguir con una vida completamente normal, siempre y cuando sigan su tratamiento con los profesionales indicados”.


Para finalizar, Eva menciona la importancia de “fomentar la educación, prevención y el diagnóstico temprano de cualquier trastorno de salud mental para mejorar los pronósticos en relación a la comisión de hechos delictivos”. Y a la vez, se debe de conocer más acerca de este tema dentro de los organismos judiciales; muchas veces, las sentencias a personas con trastornos o enfermedades mentales suelen ser injustas y, en vez de ayudar, solo perjudican su salud mental. “Se deben potenciar los recursos especializados en casos de delitos cometidos por personas con problemáticas de salud mental como los internamientos y tratamientos en centros psiquiátricos en lugar de prisiones convencionales, con el objetivo poder dar un tratamiento adecuado e individualizado, evitar la reincidencia y ayudar a la rehabilitación y reinserción social”.


Bibliografía:


  • Garrido, V; Stangeland, P; Redondo, S. Principios de Criminología. Tirant Lo Blanch. Valencia.

  • Pérez Fernández, F. Mentes criminales. 2011. Ediciones Nowtilus. Madrid.

  • Pueyo, A. Manual de personalidad y conducta antisocial. Universidad de Barcelona.

  • Romel Rodríguez. R, Criminología, proceso de determinación de salud y control penal del enfermo mental inimputable. Heredia

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