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  • Camila Fernanda Aguilar Ramírez

Migración, Matemáticas, Cultura Y Un Virus...

Actualizado: 19 ene 2021



Los movimientos migratorios han sido parte de las conductas humanas desde tiempos prehistóricos. Mesoamérica fue un área definida por elementos culturales que México compartió con Guatemala, El Salvador, Belice, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. La consolidación de México como Estado Nación alrededor de 1920 fue la que dio pie a la separación de Mesoamérica y a la creación de las leyes de territorio, ciudadanos y connacionales. Este movimiento fue el nacimiento de los migrantes centroamericanos en México.


Un migrante, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), es una persona que se traslada fuera de su lugar de residencia, a través de una frontera internacional, de manera temporal o permanente. “En el fondo, tenemos que ver a la migración y estos flujos como algo natural. Y como fenómeno natural, no se debe criminalizar”, menciona la Dra. Cecilia Costero, investigadora del Colegio de San Luis (COLSAN).


Según la OIM en el 2018, existían 272 millones de flujos migratorios a nivel mundial. Donde el 48% es ocupado por mujeres, con un índice de 38 millones de niños migrantes.


Que una persona decida tomar la extrema decisión de embarcarse en una odisea en búsqueda de una vida diferente o mejor, viene como solución a los problemas a los que se enfrentan la población de estos países centroamericanos: estos van desde pobreza, extrema inseguridad, marginación, violencia, persecución política o de crimen organizado hasta desastres naturales.


México y San Luis Potosí son locaciones geográficas clave para el tránsito a Estados Unidos de América del flujo migratorio de países centroamericanos, principalmente de El Salvador, Honduras y Guatemala.


“Generalmente pensamos que los temas migratorios los tienen que controlar la Secretaría de Relaciones Exteriores y Secretaría de Gobernación (que es donde está inscrito el Instituto Nacional de Migración). Se debe cambiar esta manera de atender el fenómeno migratorio, porque tiene impactos en múltiples sectores. Deberíamos tener estrategias multisectoriales, multinstitucionales. No es nada más un tema de Relaciones Internacionales ni de SEGOB, debería entrar la Secretaría de Educación, la Secretaría de Salud y otras secretarías e instituciones para atender la magnitud e importancia de estos temas”, dijo Costero.


Por fortuna, en 2011, México estableció leyes que tratan de favorecer al migrante. Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), los migrantes en México tienen derecho a una nacionalidad, a libertad de tránsito, seguridad jurídica y su debido proceso, asistencia consular, solicitar asilo, a la no discriminación, reconocimiento a la condición de refugiado, protección de la unidad familiar, dignidad humana, a no ser criminalizado, a un alojamiento digno, a no ser incomunicado, a un intérprete o traductor y a no ser detenidos en las inmediaciones o dentro de albergues.


En México, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), es la principal encargada de analizar la situación migratoria y solicitudes de refugio. Sin embargo, el servicio de la resolución del estatus migratorio de mucha gente se ha visto afectado por desastres naturales y, actualmente, por la contingencia pandémica causada por el COVID-19 por la que se atraviesa el mundo. Resulta muy tardado para los migrantes obtener una resolución por parte del Estado Mexicano.


La migración que se experimenta en San Luis Potosí, no sólo viene de extranjeros, sino de migrantes de otros Estados de México que también se ven obligados a reubicarse debido a toda la inseguridad y violencia que se sufre en el país.


La pandemia afectó directamente el sector económico y turístico, pero México ha podido tener un respiro gracias a las remesas de nuestros connacionales en Estados Unidos de América. En 2020 se recibieron 36 mil millones de dólares en remesas.


El COVID-19, ha sido un duro golpe para todo habitante del mundo, sin embargo, un migrante se enfrenta a una pandemia desde una trinchera de falta de conocimiento sobre los efectos del virus y las medidas sanitarias pertinentes para evitar el contagio. Lamentablemente, tampoco cuentan con acceso al sistema de salud en el país en tránsito, ni en el país de destino. La Dra. Costero menciona que los migrantes se ven en un punto muy vulnerable en cuestión de restricción a sus derechos humanos debido a la falta de acceso a muchos servicios básicos, el de salud siendo el principal. “Nos encontramos que en la mayoría de los aeropuertos y puntos fronterizos están cerrados y no permiten ingresar a absolutamente nadie”.


Los flujos migratorios extranjeros en el país, han sido reducidos entre un 60 y 70% desde que comenzó la pandemia. “Se redujo el flujo migratorio, pero a partir de octubre empezó a aumentar. Dentro de la casa oscila a 20 migrantes y en las canchas un promedio de 50 personas diarias” dijo la Lic. Geraldine Estrada, coordinadora de la Casa de Caridad del Migrante en San Luis Potosí.


El migrante centroamericano tiene un paso casi obligatorio por San Luis Potosí debido a su frontera con 7 Estados de la República Mexicana. Es importante mencionar que se tiene la presencia de los consulados de Honduras, Guatemala y el Salvador en nuestro estado, así como el apoyo de la Casa de Caridad del Migrante (ubicada en Calle Juan Álvarez 210, Barrio de Tlaxcala, SLP), que no sólo acoge a personas centroamericanas, sino también extra continentales y mexicanos deportados o de migración interna. Dentro de esta organización no gubernamental, los migrantes obtienen los servicios básicos de hospedaje, alimentación, vestimenta, atención médica y psicológica, fisioterapia y el acompañamiento de dirección en cuanto a derechos humanos.


Al hablar con la Lic. Geraldine Estrada sobre la situación de pandemia dentro del albergue, mencionó que se encuentran en aislamiento voluntario y que acogieron a las personas con mutilaciones, embarazadas, niños/niñas y migrantes no acompañados que estuvieron en confinamiento desde el inicio de pandemia. Así como el acato a todas las reglas sanitarias que son requeridas para evitar el contagio.


Como se pudo leer anteriormente, la migración es un fenómeno con muchas aristas, orígenes y problemáticas que aún requiere tanto de consciencia y apoyo político, como del social.

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