El confinamiento provocado por el COVID-19 ha afectado a distintos sectores de la población, entre ellos, a la comunidad LGBT, quienes, al verse forzados a regresar a sus hogares, sufren de violencia y discriminación al no ser aceptados por sus familias y tener que compartir con ellos la mayor parte del tiempo.
La crisis sanitaria ha dañado significativamente a muchos de nosotros. Abandonar las aulas, sufrir de desempleo y precariedad laboral e incluso ver mermados los servicios básicos de salud, son algunas de las múltiples circunstancias que nos han vuelto más vulnerables. Sin embargo, los y las disidentes sexuales o de género han tenido que sobrellevar una situación específica: volver a sus hogares, en donde muchas veces no son aceptados o incluso no han revelado su orientación sexual.
En ocasiones, el tema de la sexualidad aún resulta tabú en muchas familias, por lo cual, la gente se refugia en la lejanía para vivir sin ningún prejuicio. Al momento de regresar a su núcleo familiar, algunas personas de la comunidad LGBT están expuestas a experiencias incómodas o violentas, como pueden ser comentarios o agresiones físicas, que pueden llegar a provocar episodios depresivos, angustia o ansiedad.
De esta manera, muchas personas LGBT se ven forzadas a ocultar su identidad como método de supervivencia durante el confinamiento, no obstante, los efectos de esto pueden ser dañinos. Respecto al tema, Yocelin Cámara, psicóloga y educadora en sexualidad integral, nos dice: “La identidad no solo conlleva a la habitación sexo-afectiva, sino que conlleva todo un ser. Reprimir en general tu totalidad, te lleva a situaciones llenas de angustia. Es como si te tuvieras que dividir a ti mismo o misma y obligarte estar en constante estado de alerta para que no te descubran, sentirte todo el tiempo con el ojo que te castiga y te vigila, aunque ni siquiera te digan nada”.
Revelar tu orientación sexual es una decisión personal que corresponde únicamente a sí mismo, quienes deciden no hacerlo están en su total derecho y no deberían ser juzgados por ello. Sin embargo, la cuarentena ha provocado que muchas personas “salieran del closet” con sus familias, para algunos de ellos fue gracias a que sintieron que la condición actual era idónea para hacerlo, pero para otros fue debido a que se sintieron obligados. El constante estado de ansiedad que genera vivir esta doble identidad puede llevar al límite a quienes guardan el secreto, el temor de ser descubierto puede orillar a las personas a revelar su orientación sexual. Así mismo, puede ser resultado de la violencia psicológica que su círculo familiar inflige hacia ellos.
No se le puede decir a alguien que no salga del closet porque esto represente un peligro, pues los tiempos de cada uno son diferentes; quienes se encuentran en esta situación en la que se ven forzados a revelar su orientación sexual, Cámara recomienda lo siguiente: “Las redes de apoyo son lo máximo para cualquier persona. Crear redes es buscar una comunidad de apoyo, ya sea alguien, aunque sea una persona, dentro de tu misma familia, amistades, familia extensa, vecinos, vecinas, maestros, maestras. Es encontrar a alguien que te pueda acompañar en este proceso y que puedas apoyarte de él o ella”. Así mismo, la psicóloga reitera que si alguien tiene la posibilidad económica de comenzar un acompañamiento psicoterapéutico sería ideal, ya que incluso podría iniciar un proceso familiar.
La crisis sanitaria provoca un estado de desigualdad en general. Los grupos que ya se consideraban vulnerables están siendo aún más afectados. Sin embargo, las políticas públicas y de salud, al no trabajar de manera interseccional, no toman en cuenta a quienes sufren discriminación por condiciones de raza, género, orientación sexual o economía. El estado solo los vulnera más al no proveer las bases necesarias para su desarrollo y, por ende, los hace más propensos a adquirir el virus.
Este confinamiento ha sido distinto para cada uno de nosotros. Sin duda, es una situación difícil que nos enfrenta a nuevos retos y replantear ciertos aspectos de nuestras vidas. La decisión que tomemos de cómo hacerlo más llevadero es meramente individual, mientras no afecte la salud física y emocional de los demás.
Comments