Las tradiciones de antaño se pueden revivir de muchas formas: practicándolas, informándose acerca de ellas o inclusive teniéndolas en mente. Pero hay una forma más de revivir estos momentos, a través de las anécdotas de nuestras abuelas, más preciso, de memorias pasadas; recuerdos tan allegados al sentimiento propio que es casi transportarse a ese momento.
Hoy en día, afortunadamente, se conservan algunos espacios que procuraron continuar con la magia de su tradición y su cultura, además de que sigue activa, buscan mejorar con el tiempo sin perder sus raíces y costumbres.
Tal es el caso de la panadería “La concordia” ubicada en el municipio de Cd. Fernández San Luis Potosí a dos horas de la capital del estado. Si hablamos de tradición esta panadería cuenta con ¡96 años de trabajo! Así es, casi 100 años y 3 generaciones trabajando el oficio de la panadería, tenemos que aclarar que no es una panadería convencional, la concordia conserva un sabor y un olor muy característico de la fabricación del pan a través de un horno de leña e ingredientes naturales. Incluso te permite observar el proceso de fabricación mientras los panaderos realizan su trabajo, además, puedes disfrutar de ver como hacen, moldean y hornean el pan que llevarás a casa.
¿Pero de donde nace la historia? ¿Quiénes son los pioneros de esta antigua panadería?
Todo inicia en 1928 en las calles del centro histórico de Rioverde, cuando Calixto Juárez Palomares decide emprender el negocio de la panadería invitando a sus hermanos Dámaso y Simón para trabajar con él.
Esta primera generación marcó precedentes muy importantes, pues gracias al esfuerzo y dedicación empleados, lograron ser una de las panaderías más fuertes del municipio, las historias cuentan cómo iniciaban labores desde muy temprano para poder surtir en caballo, bicicleta y a pie el pan que pedían las tiendas de sus alrededores, esta primera etapa duró 40 años, hasta que, por motivos de fuerza mayor, el hermano Calixto decidió mudar la panadería al municipio de Cd Fernández en su propia casa donde sigue actualmente funcionando y brindando un amable servicio.
La tradición y los clientes continuaron, de esta manera dieron forma a un personaje clave e importante de esta historia, el horno de leña que nombraron “El encanto”
Existen a través del tiempo y las charlas familiares muchas especulaciones respecto a por que se llamaba de esta manera, hasta la fecha sigue siendo un misterio sin resolver que se queda a la interpretación personal de los que conocen la historia.
En los años de 1992 fallece don Calixto Juárez Palomares, continuando sus hermanos y familiares con la panadería, hasta que en 1996 su nieta regresa y continúa con la tradición que ya sumaba tanto tiempo.
Es increíble poder conocer estos espacios llenos de historia y tradición, la concordia ofrece un increíble viaje de sabores, olores y texturas que son impresionantes desde que entras al lugar, inmediatamente se percibe un ambiente familiar y de hogar que se expresa de una manera amigable y singular con el trato de los familiares que continúan atendiendo de primera mano este negocio.
La esencia no cambia en ningún momento y qué mejor manera de acercarse al pasado a través del sentido del gusto y el olfato, poder compartir con un vínculo con nuestros abuelos y abuelas a través del tiempo y que aún tengamos referencias que propicien una conversación para conocer sus recuerdos sobre estos lugares en cualquier parte del estado o del país.
Hasta la fecha sigue siendo una tradición comprar el pan en “La panadería de don Calo” como se le conoce localmente, en donde generaciones y generaciones aún recuerdan la sazón y la amabilidad que existe al comprar en esta panadería, desde abuelos a nietos, padres a hijos siguen fomentando consumir de manera local y tradicional el pan que se lleva a la mesa. Recordemos visitar estos lugares tradicionales y al menos una vez en la vida y probar el delicioso pan que nos ofrecerá Panadería La Concordia.
Con un agradecimiento especial para Georgina Villanueva Juárez y Benjamín Villanueva Juárez, actuales familiares y dueños de esta panadería y 3era generación participando en este oficio, por el recibimiento y atenciones brindadas.
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