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  • René Morales Reta

SURREALISMO PARA PRINCIPIANTES: Un paseo por el onírico mundo del surrealismo



“De ninguna manera regresaré a México, no soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas”.

- Salvador Dalí, 1971

“San Luis Potosí, el destino más surrealista de México” es la frase con la que personajes ligados al ámbito turístico tratan de posicionar a la entidad y convertirla en un sitio de interés para los paseantes.


¿Y en verdad es el estado potosino tan surrealista como dice el eslogan? Antonio García Acosta, director del museo “Leonora Carrington” habla al respecto y explica que “es la manera de englobar estas atracciones turísticas y culturales que son los dos museos de Leonora Carrington (uno Xilitla y otro en la capital potosina) y el jardín escultórico de Edward James en Xilitla. Lo que es cierto son estos contactos que se tienen con el movimiento a través de Leonora Carrington y Edward James, los cuales fueron amigos. Leonora Carrington estuvo en Xilitla con Edward, de hecho pintó un mural en una de las casas que aún existe”.


Otro pintor y escritor surrealista que pasó por San Luis Potosí es César Moro, quien aquí escribió parte de su libro “La tortuga ecuestre”. “Tenemos estos puntos de encuentro entre el público y los artistas que pasaron o dejaron su legado”, agrega Acosta.


Pero antes de hablar más sobre el surrealismo es conveniente definirlo y para ello, podemos remitirnos a las palabras de André Bretón, quien lo explica como unautomatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado profundo del pensamiento sin la intervención reguladora de la razón ajeno a toda preocupación estética o moral”.


Entre de las técnicas aplicadas en los años 20 por escultores y pintores surrealistas se incluye la “paranóico-crítica”, en la que como hacía en su momento Leonardo Da Vinci, los creadores observaban por horas una pared hasta que surgieran las formas y figuras.

DE DALÍ A CARRINGTON

Y ya que en los últimos años se ha vuelto tendencia en nuestro estado el término “surrealismo”, resulta de interés analizar parte de su historia y para ello es imprescindible hablar de un personaje icónico en esa corriente artística: Salvador Dalí.


El pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor nacido en Figueras, España, además de ser conocido por su peculiar bigote y sus conductas excéntricas, es mundialmente famoso por sus impactantes y oníricas creaciones. “La persistencia de la memoria” es una de sus obras más representativas.


Otros artistas con grandes contribuciones al surrealismo fueron René Magritte, quien jugaba con imágenes ambiguas y las dotaba de palabras; Paul Delvaux, el cual cargaba sus obras con erotismo y Pablo Picasso, quien proponía la creación de monstruos y hablaba de lo sublime en la composición de figuras.

El auge del surrealismo fue en 1938, cuando en París se celebró la Exposición Internacional del Surrealismo: una antesala de nuevos artistas, obras icónicas del movimiento, un novedoso mundo de formas, colores, sensaciones y reflexiones, que hasta la fecha tocan fibras sensibles en el espectador.


La exposición ofreció al público una excelente muestra del trabajo de los artistas, pero al año siguiente estalló la Segunda Guerra Mundial, lo que obligó a la mayoría de ellos a dispersarse a otros países, entre los que se incluyó México.


Fue en esa época cuando llegaron a territorio mexicano José Horna, Remedios Varo, Leonora Carrington y más exponentes de diferentes disciplinas artísticas, muchos de los cuales quedaron maravillados por la fuerza y diversidad de la cultura mexicana, de sus pueblos, sus pirámides, sus procesos sociales y sobre todo, el acogedor recibimiento que les brindaron escritores, muralistas, escultores y pintores de México.


Fue en nuestro país donde muchos artistas perfeccionaron técnicas y crearon nuevas visiones acerca del surrealismo que quedaron para la posteridad de maneras poco esperadas años antes.


En la ciudad de México Remedio Varo colaboró con las farmacias Bayer para una serie de carteles de estilo surrealista que se exhibían en las boticas del país.


En el caso de Leonora Carrington, inundó de obras de arte las calles de la Ciudad de México, además participó en la evolución de las esculturas surrealistas mientras se autoproclamaba mexicana.


Fue así que, aun cuando Dalí expresó en algún momento que jamás volvería a México, hubo otros artistas de esa misma corriente que no solo amaron a este país, sino que incluso lo convirtieron en su hogar.

EL SURREALISMO A UNOS METROS DE TI

Un personaje que sin duda tuvo mucho que ver en la incursión del surrealismo en San Luis Potosí fue Edward James, un millonario poeta, escultor y mecenas muy ligado a esa corriente artística y quien en el algún momento de su vida convivió muy de cerca con Dalí y Luis Buñuel.


En 1944 llegó a México, específicamente a Xilitla, donde comenzó la construcción de un jardín surrealista, con ayuda de trabajadores huastecos. Ahí recibió a algunas de sus amistades, entre las que se incluyó Leonora Carrington. Así fue que el surrealismo se adentró en San Luis Potosí, al punto de convertirse hoy en el sitio elegido para el resguardo de varias obras y la sede de un onírico castillo elogiado a nivel mundial.


Para Antonio García, director del Museo Leonora Carrington, definir al surrealismo en una palabra le resulta una tarea casi imposible, pero lo describe como “lo sobre-real, lo que está por encima de la realidad”.


Añade que ese movimiento artístico, que para muchos terminó en 1965, con la muerte de su fundador, André Bretón, hasta la fecha sigue cautivando.


“Hay por ejemplo directores de cine a los que se les califica de surrealistas, como David Lynch o escritores a los que también se les aplica esa palabra, ha pasado de significar lo inesperado, fantasioso, raro, inexplicable que tenía que ver con un grupo de artistas en particular a que hoy en día se le dé un uso más coloquial”.

García Acosta concluye que el surrealismo “tiene un sello particular, que empezó más como una filosofía que un estilo artístico que buscaba transformar la vida y a la sociedad a través del arte, considero que tiene una misión muy grande y nos dejaron cuadros muy padres, pero no lograron lo esencial que era esta transformación”.

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