Jorge Fernández Gutiérrez es un ingeniero mecánico electricista con una gran trayectoria en el ámbito sonoro, egresado de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP). A lo largo de su vida ha realizado diversos proyectos en el mundo acústico, siendo creador de uno de los más emblemáticos lugares de San Luis Potosí: la concha acústica del parque Tangamanga.
¿Cómo fue su infancia aquí en San Luis Potosí?
La infancia siempre es bonita, yo estuve rodeado por once hermanos, con los que podía platicar, jugar y siempre tener un apoyo. Teníamos muchos amigos y nuestro colegio quedaba a una cuadra de nuestra casa por lo que era fácil convivir con todos.
¿Usted cómo definiría el sonido?
Es una vibración que sentimos en nuestro cuerpo y nos permite conocer, por medios auditivos, varias cosas entre ella: las vibraciones de un lugar, la limpieza de un tono y las voces.
¿Cómo empezó este gusto por el mundo acústico?
Eso realmente fue algo muy especial, yo tenia unas tías que vivían en la Calzada de Guadalupe; resulta que una de ellas tocaba el piano muy bonito, que mandó a traer de Alemania, el día que lo probamos yo me quede parado bajo el piano y sentía como toda la vibración se arremetía dentro del cuerpo. Veía la idea de cuanto antes conseguir un piano, porque me gustaba mucho como se lograba el sonido.
¿Cuál fue su principal motivación para entrar al entorno de lo sonoro?
El sonido es una cosa muy bonita, pero que no lo cultivamos, y tiene cosas tan especiales, por ejemplo: si tú estás viendo un programa de televisión y se te va la imagen, a lo mejor no te molesta tanto como si se va el sonido, es como si no vieras nada. Todas las partes del cuerpo producen tantos ruidos que si pudiéramos escucharlos nos volveríamos casi locos.
Usted tuvo la oportunidad de ir a un programa patrocinado por Ampex, ¿Cómo fue que usted obtuvo esta oportunidad de participar en el proyecto?
Cuando yo quería hacer un estudio de grabación compré una grabadora Ampex, que eran muy caras, tuve que endrogarme con el banco, pedir préstamos y demás. Pero cuando terminé de pagar, la compañía decidió dar un curso al cual me invitaron y, lo mejor del caso, con todos los gastos pagados, ahí fue donde aprendí mucho sobre la electroacústica.
Usted fue un elemento principal en la creación de la concha acústica, ¿Cuáles fueron los mayores obstáculos que tuvo que travesar?
Una de las cosas más complicadas fue calcular toda la inclinación de la concha acústica: como rebota el sonido, en que lugares funciona y en cuales no. Pero al concluir el proyecto todo salió bien y se escuchaba a la perfección.
De las muchas anécdotas que tiene, ¿Podría platicarnos de alguna relacionada con este proyecto?
Un día que vino a tocar Luis Cobos. Él andaba en una gira mundial, fue al teatro y dijo que necesitaba 58 micrófonos, no los tenía ni sabia de donde sacarlos. Fui a decirle al señor Cobos que el teatro estaba construido de una manera que no necesita 58 micrófonos, necesita un refuerzo cuando mucho, y eso se logra con 2 micrófonos. Así trabajamos, y lo más bonito fue cuando nos dijo: “tenían razón, yo estaba equivocado”, ahí está la grabación que no deja mentir.
Aparte de la concha acústica, ¿En qué otros proyectos ha participado?
He participado en varios lugares; uno de ellos fue en bellas artes, en la sala de conciertos de la casa de la cultura. Acabo de terminar el club halcones, un cuarto muy especial para hacer banquetes; era un rebotadero de sonido que no se entendía nada y la gente salía desconcertada, le hicimos un tratamiento que de ver quedó excelente.
¿Algún consejo que tenga para los estudiantes que estén cursando actualmente la carrera de la acústica?
Que le pongan muchas ganas, sobre todo a las matemáticas, porque es 300% matemáticas, ya que se requieren calculo diferencial e integrales por que el sonido es muy especial. Es una carrera poco conocida donde necesitas conocer de música, sonido, arquitectura, etc.
¿Para usted qué es un sonido bonito y uno no tan agradable?
Una voz bonita, no exagerada ni tan especial, si no que tenga un timbre muy bonito. Y un ruido que no es muy agradable, para mí, sería el de una guitarra eléctrica.
¿Cuáles son las competencias profesionales que deben de tener los aspirantes a ser Licenciados en Ciencias de la Comunicación para identificar y desarrollar productos de calidad sonora de excelencia?
Los planes de estudios son los que te dan una participación y oportunidad. Los profesores, deben aprovechar los variados respaldos que existen para que puedan enseñar correctamente. Y, por último, los alumnos les debe gustar lo que hacen, porque cuando te gusta una cosa la haces con mucha facilidad, cuando no te gusta, por mas que lo intentes no lo logras.
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